Bear Maya

Uno de los problemas de tener tantos sobrinos, es que entre que haces regalos para la gente de “la calle” y los “de casa”, acabas dejándote a alguien atrás. 
Eso es lo que me pasó con Clara. La pobre ha tardado mucho en tener algo para ella, creo que le ha merecido la pena (aunque ya se llevó “la rata” para amenizar la espera…) 
Cuando vi esta osa, creí que sería el regalo perfecto para ella, pero no sabía que iba a salir este pedazo muñeco:

En su corta vida, ha vivido ya en tres casas y ha sobrevivido a una mudanza.

La pobre estuvo durante mucho tiempo mutilada y es que el hilo se acabó y ella seguía sin brazos…

Ninguna osa que se precie, se puede quedar sin sus botas para saltar en los charcos.

Y, como refresca, necesita una rebeca.

¡Tachán!

¿Qué os parece?
A mí me ha encantado casi tanto como a ella.