Manta de apego

Llevaba tiempo viendo por ahí las mantas de apego, pero la verdad es que en casa nunca nos hemos “apegado” a nada de gasas, calcetines o algo por el estilo, así que no le veía clara la utilidad…
Cuando mi hermana Ana Isabel me dijo que por qué no le hacía algo a una de sus ahijadas, pensé que, por el tiempo que tenía, le podía hacer gracia una manta de estas.
Así que me puse manos a la obra… como aún es pequeña, pensé en algún animal tierno y dulce y no sé por qué, pero me vino a la cabeza: un UNICORNIO.
Cabeza por aquí:

Resto de partes por acá:

Colocando cada cosa en su sitio… porque ¡¡crines tiene que llevar!!

¡¡¡Por fin he hecho el punto cangrejo!!! (soy una campeoooona) Claro está que me costó unas 20 repeticiones por parte de mi madre para que me quedara claro y mejor ni hablamos de lo que se enfadaba con las hebras que le sacaba al algodón y con la aguja que era muy incómoda (MIS CLOVER INCÓMODAS???? jummmm)

Y este fue el resultado final: TACHÁN

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