¿No os ha pasado que hay veces que os sorprendéis viendo algún objeto y le ponéis dueño directamente?
A mí es algo que me pasa con frecuencia, de hecho, en mi lista de “regalos pendientes” tengo los objetos en cuestión, con la persona a la que se los regalaré… (y la lista no baja!!!)
Como tengo pocos encargos, puedo dar rienda suelta a mi lista, pero hay veces que se me antoja hacer algo y tengo que ponerme, es lo que me pasó con esto que os vengo a enseñar.
Antes de nada, tengo que deciros que las fotos que os enseño son las que he podido rescatar de google drive y es que me robaron el móvil… (sé que muchos criticaréis que haga las fotos con el tlf, pero con la cámara de 20 mpx, tenía de sobra) Además, mi amado ordenador, el que sale de fondo, ha decidido tomarse un tiempo libre… (si es que las desgracias no vienen solas!!)
Me dejo de charla y os enseño la moto:
¡Tachán!
Aquí el detalle de la correa en el asiento, para que el acompañante se pudiera agarrar:
Después de mucho tiempo, ha ido a su dueño “El J” que, además de ser un amante de las motos, es (junto con su padre y hermano) un genio de la restauración, se podría decir que hacen magia con sus manos… Podéis ver algunas de sus obras
aquí
He disfrutado un montón haciéndola y sé que a él le ha encantado, aunque me quedé sin verle la cara (que es lo que más mola!!!)
(Después me vine arriba y le hice unos muñequillos a sus mujeres, pero esos los veréis en la próxima entrega)